Lesiones de Cartílago
El cartílago articular es la cubierta que desarrolla el hueso en la zona vecina a otro, y sirve de protección para evitar que ambos huesos se rocen al moverse entre sí. Esta cubierta puede alterarse por causas mecánicas, es decir, por golpes, giros bruscos o sobrecargas continuas en casos de deportistas.
El cartílago entonces sufre diversos tipos de lesiones: se puede reblandecer o se puede romper formando deslizamientos, grietas y hasta úlceras, que pueden afectar al hueso que se halla por debajo; o bien liberar fragmentos de cartílago al espacio articular (cuerpos libres).
Estas lesiones son típicas de la vida de deportistas y trabajadores que usan la fuerza física. El reblandecimiento suele ser más frecuente en mujeres que en varones.
Cuanto más profunda y extensa sea la lesión, existe más riesgo de evolucionar a una artrosis y también con más rapidez. La artrosis es el desgaste que sufre el cartílago por envejecimiento y básicamente tiene dos causas:
La alteración en la composición del cartílago: por edad avanzada del paciente o por otros fenómenos poco conocidos.
La alteración en la forma del cartílago: cuando su superficie en vez de lisa se hace irregular (fisuras, cráteres) aumenta el desgaste por rozamiento al utilizar esa articulación.
¿Qué síntomas aparecen en una lesión traumática del cartílago?
- Habitualmente produce dolor en la zona dañada al mover la rodilla.
- Es muy frecuente notar crujidos al mover la rodilla.
- Es frecuente un derrame: más líquido articular de lo normal. Esto supone una defensa de la rodilla ante la lesión.
- Cuando hay cuerpos libres flotando en la rodilla, el paciente suele notar que algo se le mueve dentro, lo cual le provoca dolor, chasquidos y a veces bloqueos: la rodilla no se puede estirar.
- En algunos casos se puede notar la sensación de aflojamiento y de pérdida de fuerza en la rodilla. Se debe a un reflejo de protección, que relaja los músculos del muslo.